Entre 1650 y 1830, Quintin hacía parte de una area llamada la Manufactura de las « Bretañas », telas de lino reconocidas por su blancura. Quintin era el centro comercial de esta area,
contaba con 700 tejedores y 83 mercantes.
La tela de nuestra ciudad « la Quintin » era apreciada
por su finura, y enviada en España y en América Latina
desde Saint-Malo.
De este próspero pasado, Quintin conserva su patrimonio arquitectónico como las impresionantes residencias de mercantes.
La casa del tejedor recuerda esta historia,
a través de demostraciones de herramientas de esta época,
aventuras humanas y viajes a ultramar.
El lino es una planta milenaria cuyas todas partes sirven :
la semilla, la fibra, la estopa y la paja.
Se utilizan en varios ámbitos como el textil, el diseño, la decoración, equipamientos deportivos y recreativos, la construcción, la nutrición...
Su fibra es una alternativa perfecta a otras fibras, ya que el lino es 100% ecológico.
¡Una buena noticia para el planeta!